Te doy gracias, Señor!
¡Tanto estabas enojado conmigo!
Tú eres un Dios de amor,
y ahora soy tu amigo,
te busco a cada instante
y te persigo.
Eres tú mi consuelo,
tú eres el Dios que salva
y da la vida;
eres todo el anhelo
de esta alma
que va herida,
ansiándote sin tasa
ni medida.
En mi tierra desierta,
tú de la salvación eres la fuente;
eres el agua eterna que
se vuelve torrente,
y el corazón arraza
dulcemente.
¡Quiero escuchar tu canto!
¡Que tu palabra abrace
mi basuracón alegría y llanto!
¡Que mi vida futura espejo sea sin fin de tu hermosura!.
Te doy gracias, Señor !
Por cada momento vivido
en este día...bueno o malo...
Tú lo has permitido
con un propósito!
En tus Manos dejo mi Mañana!...
Amén!
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