San José, padre tierno y generoso,
hombre glorioso de buen corazón,
tú has sido el árbol elegido por Dios
no para dar fruto, sino para dar sombra.
Sombra protectora de María, tu esposa;
sombra de Jesús, que te llamó Padre
y al que te entregaste del todo.
Tu vida, tejida de trabajo y de silencio,
nos enseña a ser fieles en todas las situaciones;
nos enseña, sobre todo,
a tener esperanza en la desesperación.
Bendito San José obrero,
tú que conoces el verdadero valor del trabajo,
socórrenos en todos nuestros esfuerzos
por conseguir un buen trabajo, adecuado y digno,
un trabajo o negocio que nos dé dinero suficiente
para que podamos hacer frente sin problemas
a los gastos y las necesidades diarias,
con el que podamos pagar nuestras hipotecas y deudas,
y con el que podamos vivir sin estrecheces.
Llenos de confianza en tu bondad y poder
a ti recurrimos en nuestras necesidades y problemas,
a ti acudimos para pedir confiadamente tu patrocinio
en esta urgente y desesperada situación:
(hacer la petición).
Bendito Guardián de la Sagrada Familia,
santo padre, protector y amigo, san José,
ayúdanos, intercede por nosotros,
que tu ejemplo de hombre justo y bueno
nos acompañe en todo momento
protégenos y guárdanos de todo peligro,
toma nuestros intereses como tuyos
hasta que un día podamos agradecer
y cantar eternamente las misericordias de Dios.
Amén.
Rezar el Credo, la Salve y Gloria.
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